Manuel de Falla
El genial compositor,
Manuel de Falla,
tenía una personalidad
un tanto especial.
Entre sus múltiples
manías se encuentra
una fuerte aversión a
la suciedad, hasta el
punto de tener que
desinfectar
personalmente con
alcohol cada una de
las teclas del piano
en el que tocaba
cuando daba un
concierto, por el
simple hecho de
que había pasado
por muchas manos.
Tenía fobia a los
microbios.
Incluso llegó a
desarrollar una
tendinitis de tanto
lavarse las manos.